Otra edificación es posible, el pacto verde de Europa y el COP25

Consecuencias globales del cambio climático que afectarán la industria local de la construcción y el modelo económico del continente.
 11 de diciembre de 2019. 18:43

Mientras transcurre el COP25 en Madrid, Ursula von der Leyen presidenta de la Comisión Europea ha lanzado en Bruselas la propuesta de un gran Pacto Verde con el que quiere transformar Europa, elevando al menos al 50% el objetivo de reducción de emisiones de CO2 para 2030; y movilizar 100.000 millones durante los próximos siete años para lograr la neutralidad climática en Europa en 2050, transformando radicalmente el modelo económico del continente. Y leemos en la Vanguardia un interesante artículo de Celestí Ventura Presidente de CAATEEB sobre la necesidad de rehabilitar todos los edificios actualmente en uso antes de 2050. 

Uno de los principales retos de la sociedad actual es dar respuesta a la situación de emergencia climática que vive nuestro planeta. En la consecución de este objetivo, el sector de la edificación tiene un protagonismo innegable, no en vano es el responsable de generar el 35% del CO2 que se vierte en la atmósfera y de cerca del 40% del consumo final de energía.

La construcción es un elemento clave en la lucha contra el cambio climático y por eso es necesario impulsar nuevas formas de construcción más limpias, que creen nuevos edificios capaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero; que permitan lograr un ahorro energético y que, al mismo tiempo, sean capaces de mejorar su eficiencia, seguridad y sostenibilidad. Sin actuaciones decididas para avanzar en esta línea difícilmente podremos cumplir con los objetivos marcados por la UE para reducir las emisiones de CO2 en un 40% para el año 2030, respecto a las existentes en 1990.

El primer paso consiste en rehabilitar todos los edificios actualmente en uso antes de 2050

Prácticamente, el 50% del consumo final de energía en Europa procede del uso de calefacción y refrigeración en edificio s. Por eso, cualquier política seria en contra del cambio climático pasa por rehabilitar el parque inmobiliario existente. La UE pretende reducir la demanda energética como escalón previo al despliegue de nuevas fuentes renovables de energía. El primer paso consiste en rehabilitar todos los edificios actualmente en uso antes de 2050 de forma que su gasto energético sea prácticamente nulo.

Esto implica adoptar estrategias nacionales de rehabilitación a largo plazo y fomentar el acceso igualitario a la financiación, en particular en los barrios que cuentan con un parque inmobiliario menos eficiente –habitualmente ocupados por las personas con menos recursos económicos– y prestar una mayor atención a los hogares en situación de pobreza energética.

Es necesario impulsar ayudas e incentivos económicos que permitan a los ciudadanos afrontar los gastos que implica adecuar sus hogares para poder afrontar la emergencia climática. Una posibilidad sería vincular estas ayudas a la calidad de las obras de renovación y la consecución de determinados estándares de eficiencia energética.

Modelos a seguir

Es el modelo seguido por Dinamarca, donde se aplican desgravaciones en el impuesto sobre la renta a aquellas personas que han realizado obras de rehabilitación para mejorar la eficiencia energética de sus viviendas. Holanda, por su parte, ya ha anunciado que en 2023 los edificios deberán tener una calificación energética mínima para poder ser alquilados como espacios de oficinas, algo que Inglaterra y Gales ya contemplan desde el año 2015. Entonces, entraron en vigor reglamentos que impiden el alquiler de edificios, residenciales o no, que incumplan con los niveles de eficiencia energética exigidos.

Pero no basta con limitar las emisiones de las edificaciones en la fase constructiva y a lo largo de su vida útil. Hemos de avanzar hacia nuevas formas de construcción que preserven los recursos naturales; en las que sea factible reutilizar y reciclar materiales. Y a aplicar, en definitiva, los principios de la economía circular, que también dependen de cómo se levante un edificio. Se trata de avanzar tanto hacia una nueva cultura del mantenimiento, y hacia nuevas formas de construcción con el objetivo de reducir al máximo las emisiones de efecto invernadero. No es un tema menor. Nos jugamos nuestra propia supervivencia.
Al margen de todo lo expuesto, también es clave generar productos y sistemas constructivos sostenibles y eco-eficientes, reto en el que Mapei trabaja decididamente desde hace tiempo mediante la investigación y generación de nuevas soluciones, de manera comprometida con el medio ambiente.

- Fuentes de información: La Vanguardia, El Periódico de Cataluña y la Comunidad económica europea
- Foto de Casa Arrufat: arquitectura rehabilitada en el Centro Histórico de Gerona por Anna Noguera, reciente ganadora del Premio Mapei 2019.


 

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