"Los materiales son el próximo objetivo de eficiencia”

¿Qué significa el Premi Mapei para GBCe?
El Premi Mapei supone para GBCe la oportunidad de demostrar que la sostenibilidad va de la mano de la buena arquitectura. Visibilizar las buenas prácticas es una forma de contar a la sociedad que los edificios pueden ser excelentes piezas arquitectónicas con unos impactos reducidos y también que el reto al que nos enfrentamos de rebajar drásticamente las emisiones de CO2 es posible y que, de hecho, ya se está haciendo. Queremos que los edificios sostenibles pierdan su adjetivo y se conviertan en los edificios normales, ninguna construcción puede dejar de ser sostenible a partir de ahora.

¿Qué destacaría de la presente edición del Premio?
Además de la cantidad y la calidad de los proyectos presentados, la variedad de soluciones aportadas, por ejemplo, el diseño de la vegetación como elemento ordenador del espacio y del control del clima, el uso de materiales locales de muy bajos impactos medioambientales, el ecodiseño… pero quizá por encima de todo el cuidado que se percibe en muchos de los edificios a la hora de crear espacios de convivencia y estructurar el entorno. Esta vertiente social de la sostenibilidad, que quizá sea la más difícil de medir, pero que es tan importante como la viabilidad económica o la eficiencia energética.

¿Cómo ve la evolución de la arquitectura sostenible en nuestro país?
Con mucho optimismo, año a año vemos cómo los ejemplos se multiplican y se mejoran. Tenemos los profesionales y los medios necesarios para abordar el reto de la descarbonización a 2050 y, lo más importante, una sociedad que apoya este movimiento. Confío en que trabajemos la comunicación y la información hacia la gente que va a habitar estos edificios. En este sentido, iniciativas como el Premi Mapei son muy útiles. Si conseguimos dialogar con las personas, contarles qué es un edificio sostenible y hacerles sentir sus mejoras, habremos ganado la batalla.

Proyectar de manera sostenible es una obligación en el ámbito público, pero ¿se nota un cambio en las edificaciones privadas?
Sí, sin duda. Estamos acostumbrados a ver edificios sostenibles privados que son excelentes ejemplos impulsados por empresas potentes, sin embargo, cada vez más vemos promotores de tamaño medio, más locales, que apuestan por la sostenibilidad. Este es un sector que interesa cuidar y mimar, sus esfuerzos son grandes y quizá no llegan tanto a los medios de comunicación, pero sí llegan a un mayor número de personas, al público general que, como comentaba antes, es el gran reto.

¿La elección de los materiales en la fase de proyecto es clave para cumplir los requisitos técnicos de las obras certificadas por GBCe?
Por supuesto, antes de la entrada en vigor del CTE los impactos de los materiales venían a ser entre el 25 y el 35%. En un edificio de consumo de energía casi nula, que son los que hay que construir con la última versión del CTE, este porcentaje sube en torno al 70%. Los materiales son el próximo objetivo de eficiencia como ya marcan las iniciativas de la Comisión Europea como Level(s) y empezaremos a ver cómo el Análisis de Ciclo de Vida se convierte en una herramienta cada vez más necesaria.

¿En qué proyectos o desarrollo se está trabajando actualmente desde el área técnica que usted dirige?
Tengo la suerte de estar en una asociación tremendamente activa, no paramos de abrir nuevos proyectos y vías de trabajo. En estos momentos destacaría dos proyectos. Por un lado, la adaptación a España del sistema de certificación alemán DGNB que es primo-hermano del nacional VERDE y con el que nos sentimos muy a gusto. Por otro, apoyar y fomentar el uso de Level(s) que define, con solo 9 indicadores, qué es un edificio sostenible en Europa. Esta iniciativa nos ayudará a lograr uno de los objetivos de los GBC: convertir la sostenibilidad en la práctica habitual de la construcción. 

Por supuesto, no puedo dejar de mencionar el crecimiento que estamos viviendo en VERDE. Mes a mes vamos superando nuestros antiguos récords de registros y certificados. Esto me hace especialmente feliz porque es una herramienta en la que llevamos trabajando 10 años y que recoge el punto de vista de GCBe de lo que significa la sostenibilidad, como un objetivo realista, complejo y honesto que deseamos sea accesible para todo el mundo.

¿Veremos cambios importantes en la manera de proyectar o edificar en un futuro próximo?Claro, estamos necesitados de ello. Aparte de herramientas ya conocidas como BIM, el uso de programas de simulación energética o incluir el Análisis de Ciclo de Vida en los edificios, para mí el cambio más potente está en el ecodiseño, en pensar el edificio con todos los impactos que conlleva y buscar la manera de que estos dejen de ser penalizantes para pasar a ser impactos positivos, que los edificios aporten a su entorno más de lo que extraen de él, a fin de cuentas son nuestro ecosistema y, como tal, debe estar a favor de la vida.