¿Cómo podemos trabajar juntos para abordar los desafíos que enfrentan nuestras ciudades? Desde la sostenibilidad ambiental hasta la inclusión social, hay muchas áreas en las que la colaboración puede marcar la diferencia.
La urbanización, aunque ofrece oportunidades de inclusión social, igualdad y acceso a servicios, a menudo no sigue un camino de desarrollo urbano equitativo. La desigualdad y la exclusión son comunes, superando las tasas nacionales promedio y socavando el desarrollo sostenible para todos. La resolución A/RES/68/239 de la Asamblea General en 2014 estableció el 31 de octubre como el Día Mundial de las Ciudades.
Desde Mapei queremos participar en la reflexión sobre el papel fundamental que desempeñan nuestras ciudades en la construcción de un futuro sostenible e inclusivo. Las ciudades son motores de innovación, cultura y desarrollo, y en este día especial, es crucial reconocer y apreciar su impacto en nuestras vidas.
Las ciudades desempeñan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático. La adopción de prácticas sostenibles, como el transporte público eficiente, la gestión de residuos y la creación de espacios verdes, contribuye a la construcción de entornos urbanos más saludables y resistentes. También es esencial que nuestras ciudades sean lugares inclusivos, donde todas las personas, independientemente de su origen, género, edad o capacidad, puedan participar plenamente en la vida urbana. La planificación urbana debe priorizar la equidad, asegurando que los beneficios del desarrollo lleguen a todos los ciudadanos.
En los últimos años, la forma de concebir las ciudades ha cambiado radicalmente, se han desarrollado paisajes urbanos más habitables, donde el verde tiene un papel decisivo en la construcción y revitalización de las comunidades urbanas y los territorios mediante un enfoque sostenible centrado en la reconexión con la naturaleza. Por paradójico que pueda parecer a primera vista: el espacio abierto crea espacio urbano, un teorema que ya ha sido elaborado con éxito en muchas ciudades europeas.
Lo imperativo es recuperar la sociabilidad, fomentar la presencia de la naturaleza urbana en su sentido de refugio seguro y “saludable”. El año 2020 impuso una profunda reinterpretación de la relación entre los tipos de construcción y la morfología urbana, especialmente debido a la pandemia que aceleró el trabajo remoto. Como consecuencia, surgieron mayores demandas funcionales para las viviendas, nuevas necesidades de “proximidad” en los barrios y, sobre todo, una revisión de costosos y prestigiosos proyectos de construcción terciaria.
Las áreas verdes ya no son simplemente ornamentales; ahora desempeñan una función infraestructural, generando una nueva concepción de la naturaleza urbana. Cambiar el aspecto de una ciudad es posible, pero solo si primero se reflexiona sobre su estructura: reintegrar la naturaleza en la ciudad se revela como una necesidad no solo paisajística, sino también estructural y funcional para la gestión urbana y el bienestar de las personas. Desde una perspectiva ecosistémica, el verde urbano se convierte en un dispositivo para gestionar las aguas pluviales, controlar el microclima, reducir los contaminantes y proporcionar espacios saludables y ricos en biodiversidad.
Pero el “verde” no el único espacio para crear sociabilidad: de otro lado, tenemos el urbanismo táctico, cuyo objetivo es transformar numerosos espacios públicos atravesados u ocupados por automóviles en soluciones creativas que permitan a las personas cruzarlos de manera más eficiente o incluso detenerse para leer, charlar, trabajar o tomar algo.
En ambos casos, el objetivo es reconfigurar el espacio y crear islas de sociabilidad. Este es el vínculo entre dos mundos aparentemente distantes.
La correlación entre estas dos realidades se vuelve aún más imperativa cuando se considera que para liberar kilómetros cuadrados de “espacio vial” para los peatones y transformar las calles en algo más que un anónimo “mar gris”, es necesario darle color al asfalto de manera creativa, con el objetivo de identificar claramente las áreas peatonales.
El uso creativo del revestimiento en el asfalto no se limita a mejorar la estética y la seguridad, sino que también busca establecer un sentido de pertenencia, dejando claro que ciertos espacios pueden y deben ser utilizados por quienes viven cerca.
Sin embargo, para que estas intervenciones sean efectivas, no solo es necesario emplear recubrimientos estéticamente excelentes, sino también asegurarse de que estos tratamientos sean duraderos, resistiendo la acción agresiva del entorno y el desgaste derivado del empleo constante.
Desde esta perspectiva, la experiencia de Mapei, desarrollada especialmente en el ámbito de las instalaciones deportivas, donde los tratamientos, no solo de los campos de juego, sino también de las áreas destinadas al tránsito y permanencia de los espectadores, se enfrentan a exigencias excepcionales como el fuerte desgaste debido a la gran afluencia de público, la acción continua de las inclemencias del tiempo y la agresividad del aire y las partículas atmosféricas, puede ser la solución ideal para la revitalización de espacios urbanos. Al asociar la idea de lo hermoso con la durabilidad y, por ende, la sostenibilidad.
La línea de Pavimentaciones Deportivas de Mapei (MAPECOAT TNS EXTREME; MAPECOAT TNS RACE TRACK) ofrece a los diseñadores del futuro, especialmente a los arquitectos del paisaje, una gama completa de soluciones para el revestimiento colorido y duradero de ciclovías, plazas, áreas recreativas y hasta zonas de tránsito vehicular.
Más información siguiendo los enlaces a:
Más información sobre el Día Mundial de las Ciudades
Texto de Cinzia Maggio Coordinadora de Oficina Técnica y Sostenibilidad de Mapei.
Manténgase en contactoSuscríbase a nuestro boletín para recibir las noticias de Mapei
Comentarios
Load more comments