Los pavimentos pétreos, que originalmente se diseñaron para que los utilizaran peatones y carros, ahora los usan en numerosas ocasiones, todos los días, automóviles, vehículos pesados, vehículos de emergencias y barredoras, y están expuestos a cargas, desgaste y productos químicos agresivos, características todas de un concepto que era impensable hasta la llegada de Mapestone: durabilidad.
Gracias al sistema Mapestone, los pavimentos pétreos son seguros y evita que los bloques y adoquines se suelten y se levanten, provocando que los peatones tropiecen o que los ciclistas y motociclistas se caigan.

El atractivo de nuestros centros históricos, independientemente de su tamaño, se debe a una agradable combinación de factores: edificios históricos, armonía arquitectónica y urbana, el legado de un pasado antiguo, la gama de colores utilizados para los edificios, las calles y las plazas y las tiendas antiguas; una imagen global de tarjeta postal. Lo que tienen en común los centros históricos de las ciudades y pueblos son sus pavimentos pétreos: adoquines, baldosas, losas y bloques que, si permanecen intactos y sólidos, cobran vida y se pueden utilizar, un bien común al servicio de los residentes, patrimonio de toda la comunidad.