El CTE y la EHE cambiaron los proyectos sismorresistentes

Entrevista a Salvador Ivorra, Catedrático de Universidad en el área de Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de Estructuras en el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante y referente en la innovación de materiales y soluciones constructivas del Hormigón. Desde julio de 2018 es también el Coordinador de la subárea de Ingeniería Civil y Arquitectura en la Agencia Estatal de Investigación. Su actividad investigadora se ha centrado en el comportamiento dinámico de estructuras y en el refuerzo estructural, habiendo dedicado una importante parte de su investigación a las estructuras que forman parte del patrimonio histórico.
 15 de julio de 2019. 13:42

Tras años de la entrada en vigor de la CTE ¿podemos confirmar un aumento sensible de la calidad de la construcciones realizadas?.
Personalmente pienso que la entrada en vigor de la EHE fue un aspecto básico para el incremento de la calidad de la estructuras de hormigón armado. De igual forma, tener un marco normativo como el CTE también ha marcado una homogeneidad que ha implicado no solo a técnicos, sino también a constructores y fabricantes de materiales de construcción, pero ello también ha sido amparado con las diferentes normativas de calidad que se han implementado en la propia industria de la construcción que se ha especializado de una forma muy remarcable.

Usted es un especialista en el refuerzo de estructuras. ¿En qué tipo de materiales o soluciones constructivas centra sus investigaciones?.
Desde el punto de vista investigador hemos trabajado con refuerzo de estructuras de hormigón armado, madera, mampostería y fábrica de ladrillo. Para el refuerzo de pilares de HA hemos trabajado en Proyectos del Plan Estatal de Investigación en el uso de empresillados metálicos. Esta técnica de reparación, de forma general, funciona muy bien siempre y cuando se diseñe y ejecute correctamente. La hemos empleado desde el punto de vista profesional y es una de las más extendidas a nivel nacional. Otra técnica que hemos investigado es el uso de resinas reforzadas con fibras de carbono para mejorar el comportamiento, por confinamiento de pilares de hormigón armado, a pesar de existir soluciones constructivas, nos hemos encontrado con la dificultad de dar continuidad en pilares de plantas superiores este refuerzo y, sobre todo, la necesidad de mano de obra muy especializada para su ejecución. Esta técnica está muy poco extendida, se usa puntualmente y habitualmente los costes de aplicación son más elevados que los de los empresillados metálicos. Cuando se analizan los trabajos de investigación publicados a nivel mundial para el refuerzo de pilares, este tipo de técnicas son las más estudiadas, si bien por el contrario, son las que tienen una aplicación real menor. Para el caso de refuerzos de forjados de vigas de madera hemos empleado varias técnicas: el uso de bandas de acero en la cara traccionada de la viga y también el uso de tejidos de vibra de vidrio con resinas, en este último caso tanto para mejorar el comportamiento a flexión como a cortante. Ambos casos los hemos aplicado profesionalmente, si bien la utilización de tejidos de fibra de vidrio estuvo enmarcado dentro de un proyecto de investigación de la Generalitat Valenciana y por ello se realizaron campañas experimentales tanto con vigas de madera laminada como de madera aserrada. Los resultados de la aplicación de estos tejidos fueron muy satisfactorios. Por otra parte, llevamos una extensa investigación con respecto al refuerzo de muros de fábrica de ladrillo frente a acciones sísmicas utilizando mallas de fibras de vidrio con morteros como matrices. Estos trabajos se han enmarcado dentro de dos proyectos consecutivos del Plan Estatal de Investigación. En nuestro caso hemos observado que estas mallas han dotado de un importante incremento de ductilidad a las construcciones frente a cargas horizontales. Esta técnica la hemos aplicado profesionalmente y hemos tenido, en algunas ocasiones, que apoyarla con el uso de fibras de carbono y resinas para mejorar la capacidad resistente del conjunto. En todos los casos mencionados, el comportamiento del refuerzo a fuego del refuerzo es un aspecto delicado. Hemos tenido algunas colaboraciones y trabajos puntuales con la utilización de armaduras de acero inoxidable en el caso de reparaciones de estructuras de hormigón armado en zonas próximas al mar, aunque nuestra experiencia en el uso de estos materiales ha sido más reducida. 

¿La digitalización y en concreto el BIM ha cambiado la manera de realizar y trabajar el cálculos de estructuras?
Este es un aspecto difícil de generalizar debido a que el BIM, a pesar de estar presente en todos los foros, todavía son muy pocos los técnicos completamente involucrados en ellos y menos aún las administraciones. En las Universidades empieza de una forma muy discreta a introducirse en los estudios reglados. En estructuras metálicas de grandes dimensiones o incluso en puentes metálicos, el aspecto del BIM suele estar ya muy introducido debido al completo enlace con las técnicas de fabricación. En estructuras de edificación comienza a ser cada vez más habitual, pero todavía es poco común; recientemente un arquitecto –muy introducido en el mundo del BIM- me indicaba que ya todas sus obras las realiza con un conocido programa informático en entrono BIM, pero no es un aspecto que se pueda generalizar, al menos en Alicante. Cuando hablamos de reparaciones y refuerzos, desde mi experiencia, el uso del BIM está muy reducido. En nuestro equipo solemos trabajar con Laser-Scanner para muchos de los levantamientos o digitalizaciones de las estructuras que analizamos, si bien, al bajar al detalle, todavía son muchos los procedimientos de cálculo, hablando en reparaciones, que se desarrollan con técnicas de cálculo convencionales. 

¿Los estudios universitarios han cambiado también adaptándose a los nuevos materiales, la digitalización y las nuevas tecnologías?.
Los estudios universitarios han cambiado mucho en los últimos diez años con la incorporación de las enseñanzas por competencias y el proceso de Bolonia. Este cambio supuso la adaptación de muchos planes de estudio, un tanto obsoletos, a las nuevas tecnologías. El uso de herramientas informáticas se ha incorporado en prácticamente todas las asignaturas relacionadas con ingeniería de estructuras, en algunas Escuelas incorporando programas informáticos comerciales clásicos y en otras con la utilización de software más conceptual. Este aspecto, junto con la importante reducción de horas presenciales de los estudiantes, nos ha hecho recapacitar sobre algunos de los contenidos “clásicos” de nuestras materias tratándolos de relacionar de un mayor modo con el uso de las nuevas tecnologías. Las herramientas de diseño gráfico se han incorporado y todos los Trabajos Fin de Carrera incorporan sus planos desarrollados de forma digital y en la mayor parte de las Escuelas las entregas de estos trabajos se realizan de forma no presencial, aunque si es presencial la defensa de los mismos. Es importante destacar la visión de algunas grandes compañías que se han acercado a la Universidad para facilitarnos de forma gratuita algunos de los conocidos programas relacionados con BIM de forma que por comodidad y economía sean estos programas los que se incorporen en la docencia y que por consiguiente sean los programas que incorporen los futuros técnicos. 

¿Cómo afecta su labor profesional el hecho de vivir en una zona con actividad sísmica?.
Uno de los aspectos que más he trabajado desde que llevé a Alicante en 2005 es el hacer difusión de que nos encontramos en zona sísmica. Desde los años 70 del pasado siglo las normativas recogen que esta zona es una zona sísmica, si bien ingenieros con larga experiencia cálculo de estructuras me transmitían que en Alicante “no se consideraba el sismo en el Cálculo”. La aparición del CTE y sobretodo la EHE, supusieron un cambio en la mayor parte de los proyectos incluyendo todos los requisitos sismorresistentes, si bien una elevada parte del patrimonio de la ciudad y de la provincia no consideraron en su día este cálculo. Recientemente hemos evaluado varios edificios situados en el frente marítimo, de los años 60, y su capacidad resistente frente a acciones horizontales es muy reducida, más aún cuando después de más de 40 años de servicio la penetración de cloruros también ha reducido su capacidad resistente. 

Desde la implantación de los estudios de ICCP en nuestra universidad se incluyeron estudios de Construcciones sismorresistentes y se redoblaron los esfuerzos por realizar una labor de difusión de este tema. 

Podría citar varias consultas que hemos tenido en la universidad de técnicos que han calculado y han construido estructuras en las que “olvidaron” marcar en el programa de cálculo la opción de “incluir el sismo”. 

¿El cambio climático está cambiando las características del terreno y en consecuencia el cálculo de estructuras de nuevas edificaciones y el refuerzo de las ya existentes?.
Más que el cambio climático, es importante recordar que las construcciones de hormigón armado no tienen una vida útil ilimitada. Con los actuales criterios de diseño se habla de vida útil de 50 o 100 años según el tipo de construcción. En construcciones próximas al frente marítimo, diseñadas sin los actuales criterios de durabilidad, las necesidades de reparación y refuerzo se hacen más necesarias. De momento, en nuestro entorno,  las posibles afecciones al terreno del cambio climático son reducidas. Incorporar de una forma muy seria los criterios de durabilidad debe ser un aspecto básico para prolongar la vida útil de nuestras construcciones y aportar un grado de arena en la sostenibilidad. 

¿Cómo ve el futuro del sector de la construcción y de la profesión de estructurista?
En la actualidad la profesión de consultor de estructuras está muy condicionada por la automatización de los cálculos y los plazos de entrega. Los honorarios en España se han reducido considerablemente en comparación con otros países y eso hace que la dedicación real que un técnico puede dar a un proyecto es cada vez menor. La realización de un cálculo de un proyecto convencional de edificación o de ingeniería civil aleja del sector a técnicos muy cualificados que puedan percibir mejores honorarios en otro sector. Por otra parte, con normativas cada vez más globalizadas e incluso implementadas en programas informáticos, se observa claramente la viabilidad de la externalización de estos servicios a países donde los costes de personal cualificado son todavía más económicos que en España, este aspecto ya se está realizado en industrias como la ingeniería mecánica, la naval o incluso la ingeniería civil. En mi opinión el ingeniero consultor de estructuras podría ser más competitivo en la obras de intervención y refuerzo en la que se implementen técnicas novedosas y en las que se marquen diferencias con aquello que se encuentre automatizado.  Con respecto al sector de la construcción, sin duda este se habrá de sumar a la cuarta revolución industrial que ya está llegando a la industria convencional. La inercia de este sector es muy grande todavía se siguen construyendo con técnicas de los años 70 u 80 muchas construcciones. Para cualquiera de nosotros sería impensable solicitar que nos fabriquen un coche y sin embargo si encargamos que nos fabriquen nuestra casa. La industrialización y sobretodo la automatización de la construcción será un importante reto en la construcción. Sin duda la aparición del 5G y la interconexión de los equipos nos van a permitir hacer un mejor seguimiento de la salud estructural de nuestras construcciones y por tanto conocer el momento y el lugar en el cual poder intervenir y reforzar.

 

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