El radón es un gas radioactivo, incoloro, inodoro e insípido y, por lo tanto, imperceptible, que emiten de forma natural las rocas de la corteza terrestre, especialmente las graníticas. Más concretamente por la desintegración radiactiva natural del uranio que está presente en suelos y rocas. Desde el subsuelo este gas penetra en los edificios a través de grietas, fisuras, discontinuidades e incluso disuelto en agua. En España es considerado la segunda causa de cáncer de pulmón. A finales de 2019 el nuevo Documento Básico de Habitabilidad y Salubridad (DBHS6) estableció el requisito de proteger los espacios habitables frente a la exposición al radón, este documento ya es de obligado cumplimiento desde el 24 de septiembre del 2020, por lo que debemos proteger los edificios de la entrada y acumulación de dicho gas. El Código Técnico establece un límite de exposición de 300 Bq/m3 anuales para locales habitables “Bq: número de desintegraciones del gas por segundo (en un m3 de aire)”. Esta concentración obviamente es variable y no es estable a lo largo del año, por eso se establece un promedio anual, y solo hace referencia al radón procedente del terreno, aunque sabemos que también existe en el agua consumo (20-0,4Bq/l) y en los materiales de construcción (10Bq/m3), pero el orden de magnitud es mucho menor y por eso no se contempla.
También se indican las vías más usuales de entrada de radón procedente del terreno y las vías de comunicación con otras plantas:
Según la concentración del gas radón, se diferencian dos zonas de riesgo:
El Consejo de Seguridad Nacional ha elaborado un mapa de potencial de radón en España, que muestra los municipios con más del 10% de sus edificios en zonas con altas concentraciones de radón. El DBHS6 traduce este mapa en función del potencial de exposición.
¿Cuál es el ámbito de aplicación del Código Técnico?
Principalmente en lugares potencialmente expuestos, como los locales habitables de los edificios situados en zonas 1 o zonas 2, tanto de obra nueva cómo en edificios existentes ya sea:
Se excluyen los locales no habitables y los habitables separados del terreno.
¿Qué medios se definen para limitar el riesgo?
Ya sea obra nueva o rehabilitación de edificios existentes, según la zona donde se encuentre, los medios son:
¿Y cuáles deben ser las características de esta barrera?
¿Qué sistemas de impermeabilización podemos aplicar como barreras frente al gas radón?
Productos bituminosos
Las emulsiones bituminosas, son sistemas útiles para impermeabilizar zonas de difícil acceso, ya que crean en segundos una capa totalmente continua, sin solapes, que se aplica fácilmente por proyección, con un rendimiento de 200m2/hora y que ofrecen una gran flexibilidad y elongación. Dichas soluciones deben ser protegidas posteriormente con el terreno de relleno.
Deben cumplir la Norma UNE 15.814 que exige, entre otras cosas, el espesor mínimo que debe tener el recubrimiento bituminoso para este tipo de soluciones, que en cualquier caso es de 3mm, y recoge los valores de presión de agua y de nivel freático con los que se puede trabajar y que tendremos que verificar para determinar las propiedades que necesito en mi impermeabilización.
Un caso típico de actuación por el exterior sería utilizar un sistema de impermeabilización bituminosa compuesto por una imprimación seguida de una emulsión, protegida con lámina de nódulos (huevera), tubo de drenaje, grava y posterior relleno con tierra.
Como imprimación y preparación de superficies que posteriormente van a ser tratadas con emulsiones bituminosas se emplea PLASTIMUL E. El producto se aplica en una capa, diluido con agua, procurando impregnar debidamente todos los poros. Viene listo al uso, no cuartea en frío ni fluye con el calor, y una vez aplicado y seco, forma una pantalla estable, insoluble y resistente químicamente al agua salina y a los ácidos y bases débiles.
Después se aplicaría la emulsión bituminosa PLASTIMUL 1K SUPER PLUS, un producto monocomponente, listo al uso, enriquecido con esferas de poliestireno y gránulos de goma, que incrementan su rendimiento. Su formulación reduce la retracción y dota al producto de una elevada capacidad de puenteo de fisuras y flexibilidad. Además de ser resistente a las sustancias agresivas del terreno. La aplicación del material se puede realizar con una llana lisa, dentada, o por proyección con bomba peristáltica.
Láminas flexibles FPO
MAPEPROOF FTB está fabricada con una mezcla de poliolefinas y lleva un geotextil adherido en su capa superior. Este geotextil es el que permite, una vez que se vierte el hormigón sobre él, generar una adhesión mecánica y solidaria a la losa de hormigón, es decir, que trabajan conjuntamente y el sistema queda completamente adherido a la losa. En cuanto a la resolución de solapes cuenta con una serie de productos auxiliares que generan una unión 100% estanca, y al ser una lámina flexible, absorbe todos los movimientos que pueda haber estructuralmente. Es resistente al agua marina, por lo que podremos utilizarlo en zonas costeras, tiene una resistencia a la presión hidrostática de 7 bar, resiste a los rayos UV, a las raíces, al gas radón y al metano, y tiene una gran facilidad de aplicación gracias a sus bandas autoadhesivas en comparación con otros sistemas que necesitan aporte de calor.
Implementar estos sistemas avanzados de impermeabilización puede proteger eficazmente los edificios contra la entrada y acumulación de radón, asegurando un entorno habitable seguro.
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