La sostenibilidad en la construcción no puede limitarse solo a la eficiencia energética de los edificios. Para alcanzar los objetivos de descarbonización del sector, es imprescindible mirar más allá del consumo operativo y abordar el impacto ambiental de los materiales de construcción. El carbono embebido, es decir, las emisiones asociadas a la extracción, fabricación, transporte y uso de los materiales, representa una parte significativa de la huella de un edificio y, a diferencia del carbono operativo, no se puede reducir con el tiempo. Una vez que se emite, ya no hay vuelta atrás.
En este contexto, Mapei ha dado un paso adelante con su gama de productos ZERO, desarrollados para minimizar su impacto ambiental sin comprometer el rendimiento técnico. Gracias a la optimización de las formulaciones y a la compensación de las emisiones residuales, estos productos permiten reducir significativamente la huella de carbono de las obras, facilitando el cumplimiento de normativas cada vez más exigentes y ayudando a arquitectos, ingenieros y contratistas a construir de forma más sostenible.
Para abordar este problema, la Unión Europea está impulsando el concepto de Whole Life Carbon (WLC) o carbono en todo el ciclo de vida. Esto significa que no basta con evaluar el impacto de un edificio cuando ya está construido y funcionando, sino que hay que considerar todas sus fases:
Este enfoque es clave para cumplir con los objetivos de neutralidad climática en 2050. La nueva normativa europea ya establece que, a partir de 2028, será obligatorio calcular y divulgar el carbono en todo el ciclo de vida de los edificios de más de 1000 m², y en 2030 se extenderá a todos los edificios nuevos. Esto significa que las empresas que no adopten estrategias de reducción de carbono desde la fase de diseño y construcción quedarán fuera de los estándares del mercado.
Para Mapei, la medición del WLC no es solo una exigencia normativa, sino una herramienta de mejora continua. Con la línea ZERO, la empresa no solo está reduciendo el carbono embebido de sus productos, sino que está liderando una transformación en la forma en que se diseñan y construyen los edificios.
Algunos países europeos ya han empezado a regular el WLC con estrategias más avanzadas. Francia, los Países Bajos y los países nórdicos han establecido límites de carbono en los edificios, lo que significa que no solo es obligatorio medir las emisiones, sino que los edificios que superen ciertos valores no podrán ser aprobados. Estos países han creado bases de datos nacionales de materiales con Declaraciones Ambientales de Producto (EPD) para hacer cálculos más precisos y comparables.
Sin embargo, en otros países como España, Irlanda y Chequia, todavía se está en fase de desarrollo de metodologías para establecer estos valores de referencia. No es un proceso sencillo, porque requiere:
El reto no es solo técnico, sino también político. En países donde la prioridad es aumentar la oferta de vivienda asequible, la regulación del carbono embebido puede percibirse como una barrera adicional que encarece la construcción. Pero es precisamente aquí donde se necesitan estrategias inteligentes: incentivos para el uso de materiales sostenibles, apoyo a la innovación en construcción industrializada y financiación sostenible que premie los proyectos con menor huella de carbono.
El primer paso para reducir el impacto de los materiales de construcción es medirlo con precisión. Por eso, todos los productos de la línea ZERO cuentan con una Declaración Ambiental de Producto (EPD) verificada, que proporciona información detallada sobre su impacto ambiental a lo largo de todo su ciclo de vida.
Pero medir no es suficiente. Para lograr una reducción real del carbono embebido, es fundamental actuar en el diseño de las formulaciones y en los procesos productivos.
La reducción del carbono embebido en los productos de construcción no es una tarea sencilla. Requiere innovación, inversión en I+D y un enfoque basado en la mejora continua. En Mapei, este proceso pasa por:
Gracias a estas estrategias, productos como adhesivos, morteros y revestimientos de la línea ZERO han logrado una reducción significativa de su impacto ambiental, permitiendo a los profesionales del sector cumplir con normativas más estrictas y contribuir activamente a la descarbonización de la construcción.
El concreto es un material clave en la construcción, pero su alto impacto ambiental, especialmente por las emisiones derivadas del cemento Portland, lo ha convertido en un desafío para la sostenibilidad. La industria avanza hacia una reducción del contenido de clinker en los cementos, el uso de materiales cementosos secundarios (SCM) y la incorporación de agregados reciclados, estrategias esenciales para reducir un 55% de las emisiones de CO₂ en 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Sin embargo, estos avances presentan desafíos técnicos: menor trabajabilidad, mayor demanda de agua y un desarrollo más lento de resistencia. Para superarlos, Mapei ha desarrollado el SISTEMA CUBE, un sistema innovador que optimiza el desempeño del concreto sostenible en tres fases clave:
Con el SISTEMA CUBE, Mapei facilita la transición hacia un concreto más sostenible sin comprometer su rendimiento, asegurando que la industria pueda cumplir con los nuevos estándares ambientales sin perder eficiencia ni calidad.
El futuro de la construcción pasa por materiales con menor huella de carbono, procesos más eficientes y una mayor transparencia en la evaluación de impactos ambientales. La línea ZERO de Mapei es un ejemplo de cómo la innovación y el compromiso pueden marcar la diferencia, proporcionando a la industria soluciones concretas para reducir el carbono embebido y avanzar hacia una construcción más sostenible.
Con herramientas como las EPD, la optimización de formulaciones y el CUBE, Mapei no solo está reduciendo el impacto de sus propios productos, sino que está ayudando a transformar el sector, impulsando una nueva manera de construir que tenga en cuenta no solo el presente, sino también el futuro del planeta.
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