Buscando la máxima eficiencia

IBAVI ha apostado por un nuevo modelo que implica sistemas de construcción alternativos que buscan el menor impacto ambiental y a su vez el uso de materiales preferentemente de km O.
20 de abril de 2023

Declaraciones de Cris Ballester Parets, Ex gerente del IBAVI y actual Directora General de Vivienda y Arquitectura Govern de les Illes Balears, promotora de “8 Viviendas de promoción pública en Salvador Espriu 39”, proyecto ganador del primer premio del Premio Mapei 2022.

Primero de todo mostrar el agradecimiento por este reconocimiento recibido. Los premios al fin y al cabo no son un fin en sí mismo, pero un portal de visibilidad y puesta en valor que en nuestro caso como administración pública todavía es más importante y significativo.  

Tal afirmación recae en mi convencimiento absoluto que lo público debería ser siempre  ejemplarizante y un modelo a seguir, rompiendo moldes, antiguos patrones y barreras cuando es necesario, innovando sobre todo cuando de hacer frente a emergencias se trata.  

El Instituto Balear de la Vivienda perteneciente al Govern Balear tiene como objetivo dar cumplimiento al derecho humano, universal y fundamental de acceso digno a la vivienda. Lo hace de dos maneras: mediante la promoción de vivienda pública protegida (ahora solo en régimen de alquiler) y la gestión inmobiliaria social. Esta legislatura 2019-2023 teníamos un ambicioso objetivo que consistía en aumentar el parque en el 50%. Hoy por hoy tenemos garantizado un 72%, por lo que podemos afirmar que lo hemos cumplido. No obstante, en términos absolutos estamos hablando de pasar de 1756 viviendas a poco más de 3000, un número insuficiente contando que junto con la vivienda protegida de promoción privada, el porcentaje sobre la vivienda libre no es más que un 2%. Es evidente que el esfuerzo ha sido enorme, pero a la vez que hay mucho por hacer en este sentido. Igual que lo es el hecho que no podemos solo ampliar el parque público construyendo, sino contemplar la expansión mediante la adquisición y la rehabilitación. 

La realidad actual es muy preocupante en este sentido, especialmente en las islas dónde el factor, turismo y límite territorial todavía afectan más negativamente a la dificultad para vivir dignamente. Concretamente y respecto a la demanda tenemos un gran crecimiento de población sostenido, una enorme temporalidad, unas unidades de convivencia que han cambiado mucho y demandan viviendas mucho más pequeñas, quizás con espacios comunes más grandes, una esperanza de vida cada vez más alta... Por el lado de la oferta, no podemos crecer ilimitadamente, puesto que no hay recursos naturales suficientes y la extensión es la que es. Además, parte de la vivienda existente se dedica a segunda residencia o a alquiler vacacional: somos un atractivo especialmente europeo y esta demanda también va al alza. 

Todos esos factores explican el contexto de crisis habitacional en el que vivimos, que  desgraciadamente confluye con una crisis climática declarada, en un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) que nos reclama adaptarnos constantemente al cambio. Es por ello que en el IBAVI hemos apostado por un nuevo modelo que implica sistemas de construcción alternativos que buscan el menor impacto ambiental y a su vez el uso de materiales preferentemente de km O con la menor huella posible. Un hacer que implica volver al pasado sin perder las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías y buscando día a día la máxima eficiencia y el consumo de los menores recursos posibles. 

Más vivienda pública tomando como premisas la sostenibilidad ambiental, el valor añadido a nivel social y asegurando poder hacer frente económicamente a las inversiones de hoy en el futuro. Así pues, corresponder con nuestras acciones y estrategia a la definición principal de  

este concepto sostenibilidad tan incipiente: no hipotecar el bienestar de las generaciones futuras con las decisiones presentes. De cualquier otra forma, seguramente cometeríamos el mismo error histórico que nos ha llevado a estar en esta situación desde todos los puntos de vista. En una palabra, consideramos fundamental no matar moscas a cañonazos y por ende defender que ese crecimiento de parque de vivienda público deba comportar las menores externalidades negativas posibles que además suponen un mayor gasto para toda la 

ciudadanía. Hablamos de contaminación, de cambio climático, de pobreza energética… Al fin y al cabo, lo pagamos entre todos. Queremos que la vivienda nueva construida permita a las unidades de convivencia no dedicar más del 30% de su renta disponible al pago del alquiler y suministros necesarios para vivir, sin tenerlo que complementar con ayudas públicas en la medida de lo posible. Entonces, construyendo o rehabilitando con la máxima eficiencia energética posible, minimizamos la potencial morosidad por el aumento de precios de la energía y hacemos frente a la pobreza energética simultáneamente. Mayor bienestar y menor coste.  

Un camino con infinidad de retos y obstáculos que vamos analizando e intentando superar día a día: la normativa y leyes actuales tan frecuentemente más atrasadas que las necesidades sociales, los requerimientos de los diferentes grupos de interés, algunas veces opuestos entre ellos, el gran problema de la falta de suministros de materia prima y su exagerado aumento de precios, los residuos, las nuevas formas de convivencia que van surgiendo, la perspectiva de género… A la pregunta de si es fácil: ¡no! Pero se puede. Eso sí, imprescindible contar con un equipo de gente muy apasionada, entregada, formada y con capacidad de mejora continua. El gran ejemplo es el arquitecto Carles Oliver, principal autor y director del proyecto premiado en esta ocasión por Mapei y alma máter de este modelo que nace con Life Reusing Posidonia de Formentera.  

En conclusión, ojalá que este premio sirva para invitar tanto al sector público como al privado a reflexionar sobre la problemática a la que nos enfrentamos como sociedad y a rebuscar en su propio mapa de recursos con el fin de mejorar y hacernos mejorar a nosotros también. Quizás la única salida real sea competir, cooperando, pues conseguir mitigar los efectos negativos de estas emergencias es clave para la paz social y la supervivencia de nuestro planeta. 


Premio Mapei Ibavi Arquitectura Sostenible

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